Vivimos en una sociedad que exalta e impone conceptos de belleza que tienden a anular las delicias del cuerpo de las mujeres que superan los 50 años, han sido madres, tienen cicatriz de cesáreas, rollitos, dado pecho a sus hijos y que sus físicos ostentan las pruebas de esas experiencias de vida.
Me faltan las palabras para describir la intensísima exitación y placer que siento al compartir sexo con una señora de verdad, sin "ingredientes artificiales". Es profundamente exitante hacer sentir libre y cómoda a una mujer para que disfrute su cuerpo sin represiones, plenamente, con total libertad y seguridad de su belleza 100% natural.
Es delicioso, sentir con todos mis sentidos, sus cicatrices, su celulitis, sus senos, su edad. Me fascina admirarla posar; como más le exite hacerlo, con ropa diaria, ropa interior y/o desnuda y mostrar todos los rincones de su cuerpo, mientras conversamos sobre sus deseos, fantasías y destrozamos juntos todas las represiones e intentos de destrucción de su autoestima, que diariamente tantas mujeres enfrentan; especialmente en sus casas.